Internacional
El presidente estadounidense partió tras firmar acuerdos, participar en actos oficiales y reiterar su petición de acciones más duras frente a la inmigración irregular.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, puso fin ayer a su visita de Estado al Reino Unido después de una intensa agenda de dos días que incluyó encuentros oficiales con el primer ministro Keir Starmer, actos protocolares con la familia real británica y eventos conmemorativos en Windsor y en la capilla de la fortaleza de Windsor. En un tono diplomático, Trump participó también en ceremonias de homenaje a la fallecida reina Isabel II.
Durante su estancia, firmó un acuerdo tecnológico bilateral y se integró en ceremonias tradicionales como el desfile militar ante el rey Carlos III. Además, solicitó al gobierno británico que adopte medidas más estrictas contra la inmigración irregular, incluyendo la posibilidad de involucrar al ejército si los flujos migratorios permanecen descontrolados.
El mandatario partió desde el aeropuerto de Stansted, acompañado de la primera dama, Melania Trump, después de aprovechar los días para realizar actividades diplomáticas clave, encuentros con medios y reforzar la cooperación bilateral. Su despedida fue protocolaria, con palabras cargadas de firmeza en torno al tema migratorio.
Aunque la visita fue simbólica y cargada de ritual, las implicaciones políticas no son menores: el discurso de Trump sobre inmigración elevó la tensión en el Reino Unido, donde el tema ya es polémico, y los acuerdos firmados podrían marcar líneas de acción futura entre Washington y Londres.
Fuente: Listín Diario