IEE revela patrones de violencia política que frenan el avance femenino en Puebla


 IEE revela patrones de violencia política que frenan el avance femenino en Puebla

Puebla

Puebla sigue rezagada en la representación femenina dentro de sus gobiernos municipales. De los 217 ayuntamientos del estado, únicamente 47 están encabezados por mujeres, una proporción que apenas alcanza el 21.65%, pese a que la paridad es ya un mandato constitucional.

El diagnóstico “Relatoría: derechos político-electorales y participación política de las mujeres poblanas”, publicado el 31 de octubre por el Instituto Electoral del Estado (IEE), exhibe el trasfondo del problema: testimonios de más de 50 mujeres —entre excandidatas, presidentas municipales, síndicas y regidoras— que narran cómo la violencia política, la discriminación y la cultura patriarcal continúan frenando su participación real en el ejercicio público.

Municipios: el epicentro de la violencia política

El informe identifica a las presidencias municipales como el cargo donde más se ejercen prácticas de violencia política en razón de género. Entre los patrones más recurrentes se encuentran:

  • Bloqueo de recursos y apoyos básicos para operar.
  • Silencio institucional ante sus solicitudes.
  • Exclusión en la toma de decisiones dentro del territorio.
  • Restricciones para ejercer funciones en Cabildo.

El IEE advierte que la resistencia a aceptar liderazgos femeninos mantiene un impacto directo en la baja presencia de alcaldesas. Testimonios incorporados en el estudio muestran la persistencia de estereotipos: “Piensan que las decisiones importantes deben ser tomadas por un hombre” y “algunas regidurías creen que deben ser lideradas solo por los compañeros”.

Sobrecarga laboral y desigualdad estructural

A las barreras políticas se suma un elemento que se repite en prácticamente todas las regiones del estado: la doble o triple jornada que enfrentan las funcionarias. Además de liderar sus administraciones, siguen siendo responsables de tareas domésticas y de cuidado, una carga que, según el informe, limita su desempeño, incrementa su desgaste emocional y reduce su margen de maniobra.

El documento también subraya que muchas mujeres no conocen a profundidad el alcance del principio de paridad, lo que complica denunciar actos de violencia política o incumplimientos de la ley. El miedo, la desconfianza en las autoridades y el temor a represalias continúan inhibiendo los procesos formales de denuncia.

Renuncias obligadas por la desigualdad

El estudio detalla los motivos por los que diversas candidatas renunciaron durante el reciente proceso electoral. Entre las razones predominan:

  • Violencia y agresiones políticas, en algunos casos provenientes de sus propios partidos.
  • Discriminación abierta.
  • Actos de corrupción y compra de votos.
  • Imposibilidad de conciliar la vida personal con las exigencias de campaña.

Las desigualdades de género —arraigadas en el ámbito privado y comunitario— permanecen como una barrera transversal que afecta tanto a quienes aspiraron a un cargo como a quienes hoy lo ejercen.

Un marco legal que no se refleja en la práctica

El IEE concluye que, pese a que México cuenta con normativas de avanzada en materia de derechos político-electorales de las mujeres, la cultura machista y las estructuras de poder locales continúan limitando de forma efectiva su acceso y permanencia en cargos públicos.

El reto, advierte el diagnóstico, es transformar ese marco jurídico en condiciones reales de igualdad que permitan que las mujeres poblano ejerzan el poder público sin violencia, sin bloqueos y sin restricciones basadas en estereotipos de género.

Fuente: Sol de México

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